La Galería Barbié muestra 30 obras de la fotógrafa surrealista Lee Miller
"Lee Miller. Creación y valentía", que se podrá ver hasta finales de marzo, es una selección de imágenes, fechadas entre 1929 y 1937, procedentes de unos nuevos tirajes fotográficos especiales hechos por la fundación que se encarga de la custodia y difusión del legado de esta artista, amiga y más que posible amante de Picasso, quien desde muy joven se movió por los ambientes más vanguardistas.
La muestra se estructura en cuatro vertientes, la primera de ellas denominada Nuevas experimentaciones", con las fotografías que realizó a finales de los 20 y principios de los 30 en París cuando compartió estudio y vida sentimental con el también fotógrafo Man Ray, a quien, según algunas fuentes, robó" como novio a la entonces musa Kiki de Montparnasse.
A esta época corresponden dos retratos hechos con la técnica de la solarización, o los retratos surrealistas del escultor Joseph Cornell y de su entonces mejor amiga, Tanja Ramm.
"Durante la II Guerra Mundial, Lee, que hacía fotografía de moda para Vogue, donde también escribía, y muy bien", según la comisaria de la exposición, Victoria Combalía, pide a la revista que la envíen al continente para poder hacer fotos de la contienda.
Estas imágenes conforman la segunda parte de la muestra, Reportera de guerra", donde junto a los efectos de los bombardeos en ciudades como Londres o Colonia, a veces también bajo un prisma surrealista -como el retrato a David Scherman o el de unos maniquíes en la calle- refleja con crudeza la muerte, con composiciones cercanas a un Bernini", como el de una joven alemana suicida.
Tras la guerra, Miller, casada con el millonario Roland Penrose, viaja por todo el mundo y de estas expediciones "sale gran parte de su producción de los cincuenta, donde destacan su visión de Egipto, recogidas en la muestra en la sección Impresiones de viaje".
Más atemporal es el capítulo titulado Amigos y artistas", que da una idea de la intensa vida de Miller y el círculo en el que siempre se movió, tanto en lo profesional como en lo social: las fotos de un Man Ray afeitándose (1929), Charles Chaplin (1930), un picnic" con Paul y Nusch Eluard -en clara referencia al Desayuno sobre la hierba de Manet"- y Marlene Dietrich (1944).
La comisaria destaca la instantánea,una verdadera expresión del amor", tomada en 1939 de la feliz pareja que formaban Max Ernst y una jovencísima Leonora Carrington, quienes no sabían entonces que su relación acabaría poco después de forma abrupta, con el comienzo de la guerra, que les separaría por su nacionalidad, él alemán, ella inglesa, y por la barrera insuperable de la diferencia de edad.
Combalía recalca que el valor intrínseco de estas fotos es inseparable de la valentía de Miller al apostar por un entorno creativo y una profesión que no recibía bien a la mujer, aunque al final de su vida optó por un día a día más burgués y convencional. Lee Miller dedicó sus últimas décadas a acompañar a su marido, centrado en cuerpo y alma al arte moderno, lo que le permitió captar imágenes de pintores como Miró, Tàpies o Picasso, de quienes la exposición muestra algunas instantáneas.
La selección de la Galería Barbié es un complemento de la que el verano pasado se vio en el Museo Picasso, sobre los reportajes que la fotógrafa dedicó al artista malagueño, aunque más ilustrativa al ofrecer una visión global de todas las épocas" de esta artista de quien en 2007 se celebró el centenario de su nacimiento.
La recuperación de la obra de Lee Miller, olvidada durante años, fue posible gracias a la labor de su hijo, Tony Penrose, presente hoy en la inauguración de la muestra, quien tras la muerte de ésta en 1977, inició un proceso de redescubrimiento de los archivos de su madre, quien siempre menospreció su propia obra y, de forma férrea, optó por mantenerla casi oculta.
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