Libros de artista en la Fundación Juan March
La Fundación Juan March presenta en Madrid la exposición 'Libros (y otras publicaciones) de artista: 1947-2013', que incluye obras singulares de unos cincuenta artistas, diseñadores y escritores, entre los que se encuentran Picasso, Raymond Queneau, Alberti, Joan Brossa, Saura, Tapiès, Cortázar, Octavio Paz, Dalí, Sempere o Millares, entre otros.
La muestra está formada por libros y revistas procedentes de los fondos de la colección de la propia Fundación. El discurso expositivo propone un recorrido por casi un centenar de volúmenes publicados entre 1947 y 2013 que ponen de manifiesto la riqueza y la variedad de resultados de la interacción entre los artistas y el libro, entendido éste no sólo como medio de transmitir un texto, sino, sobre todo, como objeto y soporte de la praxis artística.
El recorrido de la muestra comienza con las ediciones ligadas a la actividad de la propia Fundación, con ejemplares procedentes de las donaciones de las bibliotecas de Fernando Zóbel (1981) y Julio Cortázar (1993), e incluye también diversas muestras de la edición de arte en España.
Numerosos ejemplos
En el siguiente apartado se detiene en Derrière le Miroir, la revista de arte de la Galería Maeght de París (con 253 números editados entre 1946 y 1982), una publicación de gran formato que incluía artículos con ilustraciones (a menudo, sobre todo en los primeros números, litografías originales) sobre los artistas de la galería.
La idea era asociar a los mejores escritores del momento con los artistas más destacados, y la muestra expone algunos resultados de esta alianza.
El recorrido se cierra con diversos ejemplos de libros de artista y otras publicaciones editadas a partir de la década de los 60 en el contexto español e internacional. En este recorrido hay obras tan dispares entre sí como la monografía de John Franklin Earhart The Color Printer, de 1892, y una reedición de Último Round de Julio Cortázar.
Mezclas
En Libros (y otras publicaciones) de artista: 1947-2013 se mezclan todas las iniciativas en torno al libro y otras publicaciones de cincuenta artistas, diseñadores, escritores o poetas, del panorama artístico nacional e internacional.
La muestra presenta obras de, entre otros, Pablo Picasso, Pierre Bonnard, Raymond Queneau, Rafael Alberti, Antoni Tàpies, Antonio Saura, Joan Brossa, Fernando Zóbel, Pablo Palazuelo, Salvador Dalí, Julio Cortázar, Octavio Paz, Brassaï, Gustavo Torner, Eduardo Chillida, José Guerrero, Manuel Millares, Manuel Hernández Mompó, Luis Feito, Lyonel Feininger, Sol LeWitt, Juan Eduardo Cirlot y Eusebio Sempere.
Además mezcla ejemplares representativos de las colaboraciones entre artistas plásticos y poetas, como Novel.la, de Joan Brossa y Antoni Tàpies (Sala Gaspar, Barcelona, 1965) o Mutilados de paz, de Rafael Alberti y Manuel Millares (Madrid, 1965).
Hay también libros-objeto como los Discos Visuales (México, Era, 1968), Vrindaban (México, Imprenta Madero, 1965), de Octavio Paz, o el célebre Cent mille milliards de poèmes, de Raymond Queneau (París, Gallimard, 1961). Y también ediciones de artista, como el Libro de horas de Fernando Zóbel (Manila, 1965) o Ardicia, de Pablo Palazuelo (París, RLD éditeur, 1978), y experimentos de arte postal como la caja con cien postales de artistas WC4 Box'83 (Nueva York, 1983).
Los orígenes
El libro de artista tuvo su origen, según expertos como Johanna Drucker, Guy Schraenen o Anne Moeglin-Delcroix, en publicaciones de principios del siglo XX como Un coup de dés de Stéphane Mallarmé, y también en los experimentos de los futuristas italianos y rusos. Desde entonces, el artista no sólo ilustra el libro, sino que se apropia de él, convirtiéndolo en obra de arte y siendo, por tanto, su autor o coautor.
A partir de los años 60 del siglo pasado, en las colecciones de los museos y en las exposiciones, pero sobre todo en la actividad de los artistas englobables en las corrientes más cercanas al arte conceptual, el libro empezó a presentarse de igual a igual con la obra de arte tradicional, es decir, el libro rompió los límites de su función de soporte material de un texto para competir, como objeto artístico, con las obras de arte.
La concepción del libro como obra de arte modificó su forma visual, transformó algunos de ellos en documentos de acciones y performances y otros en objetos o espacios de experimentación conceptual, verbal y material. Y el proceso tuvo evidentes consecuencias teóricas e institucionales: el libro de artista como obra de arte, reproducido, copiado, fotocopiado, multiplicado, accesible a todos en cualquier lugar, se oponía a la comprensión tradicional de la obra de arte como un original único.
http://www.hoyesarte.com/evento/2014/07/libros-de-artista-en-la-fundacion-juan-march/
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