La sorprendente (y oculta) doble vida de los genios de la literatura
Una muestra en Lisboa desvela la pasión pictórica de 150 escritores
FRANCESC RELEA - Lisboa - 19/09/2008
Marcel Proust prefería dibujar con tinta y sobre papel; Victor Hugo, las acuarelas; André Breton era de los collages, y Allen Ginsberg, William Burroughs y Jack Kerouac militaron en la tribu de los beatniks y del óleo. Son algunas de las valiosas revelaciones pictórico-literarias que se desprenden de la muestra Los escritores diseñan (en el lisboeta Museo Colección Berardo, del Centro Cultural de Belem, hasta el 2 de noviembre).
La alineación es espectacular: Charles Baudelaire, Gustave Flaubert, Verlaine, Alfred de Musset, Rimbaud, Anatole France, George Sand, Lawrence Durrell, Henry Miller o Günter Grass forman parte de un equipo de 150 escritores de los dos últimos siglos -del romanticismo a la poesía sonora; de los surrealistas a la generación beat- que aportan obra a una exposición tan atractiva como reveladora de una faceta desconocida de grandes nombres de la literatura mundial. Están escogidos por afinidad electiva y sin seguir necesariamente una lógica cronológica, explica el comisario de la exposición, Jean-Jacques Lebel. Diseños, grabados, collages, pinturas al agua, dibujos a lápiz o a tinta... En algunos casos, la producción gráfica se reduce a pequeños esbozos a pie de página.
Lebel, comisario de larga trayectoria (le avalan exposiciones como la de Francis Picabia en la Fundación Tàpies y en el IVAM, o Montaje Artaud, en Düsseldorf), es, además, artista plástico, escritor y cineasta. Y explicaba recientemente en la cafetería del Centro Cultural de Belem que su objetivo "no ha sido presentar un libro y una exposición cajón de sastre, sin discriminación cualitativa". Es más bien un montaje o una mirada atípica sobre las obras de escritores que la industria cultural -sus instituciones y jerarquías arbitrarias- ha dejado al margen y relegado a la categoría de curiosidades sin relevancia.
Victor Hugo (1802-1885), por ejemplo. Su faceta experimental es prácticamente desconocida. La exposición pretende rescatar los diseños y los innumerables croquis y obras en papel que realizó a lo largo de su vida. La de un innovador de máxima importancia. Esta muestra es el resultado de 25 años de investigación y búsqueda en los fondos de distintos archivos. Un trabajo que ha permitido el hallazgo de perlas raras y el descubrimiento de talentos ocultos o desconocidos de algunos escritores. Como la carta manuscrita de André Breton a Théodore Fraenkel con autorretrato del autor; la ilustración de Günter Grass para la novela El rodaballo, o el diseño de Henry Miller sobre un artículo que publicó en el Tucson Daily Citizen. No todo el mundo sabe que Victor Hugo pintaba en horizontal, como escribía, y no en vertical. En una "manera de trabajar totalmente moderna", asegura Lebel.
El comisario describe su trabajo como "una exposición-manifiesto, un laboratorio", y subraya su interés en "los creadores visionarios que no encajan en las categorías". La selección de las 300 obras estuvo condicionada por la limitación del espacio que ofrece el Museo Colección Berardo.
Las obras de la exposición proceden en su gran mayoría del Instituto Memorias de la Edición Contemporánea (IMEC) francés, creado en 1988 y que dirige el ex ministro de Cultura socialista Jack Lang, que estuvo en la inauguración de la muestra lisboeta. Hay también diseños de tres colecciones privadas francesas y de la Colección de José Berardo, fundador del museo del mismo nombre, y de la Fundación Gulbenkian. La muestra se presentó en enero pasado en la abadía de las Ardenas (Caen) y se trasladará en noviembre próximo al museo de Ixelles, en Bélgica.
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