El arte de Duchamp conmueve a brasileros y viaja a la Argentina
Una exposición dedicada al vanguardista francés en el Museu de Arte Moderna (MAM) de Sao Paulo. La misma muestra se verá en Buenos Aires en noviembre, en la nueva sede de la Fundación Proa.
Por: Eleonora Gosman
Abrir esta ciudad al mundo de Marcel Duchamp (1887-1968) y conseguir que el público forme fila para entrar a la exposición, fue mucho más de lo esperado por el Museu de Arte Moderna de Sao Paulo cuando decidió albergar 120 obras del artista. Son sus célebres "ready-made" -¿se acuerdan del famoso mingitorio?- que eran objetos comunes, presentados como si fueran obras de arte. El MAM celebra así sus sesenta años de vida y los cuarenta de la muerte de Duchamp. Para el MAM y los organizadores -la fundación argentina PROA y el coleccionista Jorge Helft- traer a Duchamp a Sao Paulo fue un desafío. "El día de la inauguración me sorprendió ver la cantidad de invitados, eran 2.400 cuando lo normal es que no pasen de 800", recordó Helft. Ese desafío se trasladará a Buenos Aires en noviembre, donde inaugurará la nueva sede de PROA, que exhibirá 160 obras de Duchamp bajo el título: "Una obra que no es una obra de arte". Habrá coloquios internacionalesde expertos en Duchamp, quien vivió en Buenos Aires durante algunos meses de 1918 y 1919, y también se relacionó con el MAM paulista en 1949.
Acceder a Duchamp exige cierto entrenamiento: leer al menos los catálogos que indican el significado de cada obra. Verlo sin ninguna explicación puede causar gracia, si se está frente a la "Mona Lisa" de Leonardo Da Vinci, decorada con bigotes y barbita. También puede entristecer, si se observa una de las obras famosas: "Fuente", título que bautiza un vulgar mingitorio. Desde lo visual, tal vez dice algo más "Rueda de bicicleta", que es exactamente eso, una rueda de bicicleta apoyada sostenida por un eje que se inserta en un taburete. Esta "composición" entretenía a Duchamp. "Sé perfectamente bien que llegar a entender una obra tan hermética, tan intelectual, requiere tiempo y esfuerzo. Pero también sé cuanto tiempo y esfuerzo requieren las lecturas de Mallarmé, Joyce o Borges" subrayó Helft.
Entre las obras más alabadas por los surrealistas, "El gran vidrio", de 1923, es un cristal de grandes dimensiones dividido por una línea en el horizonte con nombre propio, el atuendo de un recién casada. Toda la obra fue llamada por su autor "La desposada desvestida por sus solteros, incluso". Los solteros alcanzan una forma casi real, uno de ellos es coronado con una cabeza. La desposada está representada por una máquina, que vendría a ser un motor del amor alimentado con el combustible que segregan las glándulas del sexo. Hay un dato interesante: gran parte de los trabajos de Duchamp son reproducciones firmadas por él mismo. Una vez le preguntaron por qué estampaba su nombre en las réplicas: "Para sacarle valor al original", respondió. ¿Pero quién era Duchamp y por qué mereció reconocimiento mundial?
Nacido en un pueblo cerca de Ruan y en una familia de artistas, Duchamp -pintor, escultor y eterno cuestionador de las instituciones artísticas- estuvo cerca de todas las vanguardias. Fue cubista, dadaísta y surrealista, se ganó al público estadounidense en 1913 en la famosa exposición del Armory Show, con su "Desnudo bajando una escalera" y vivió en Nueva York. Amigo de Picabia, Apollinaire y Man Ray, Duchamp dejaría la pintura por los "ready-made", ahora expuestos en Sao Paulo. Su influencia es muy evidente en el desarrollo del Pop Art de los años 60 y en el arte cinético contemporáneo. La curadora de la muestra, Elena Filipovic, señala a Duchamp como un precursor de Andy Warhol, que buscaba la "pureza conceptual despojada". Pero en una de sus últimas piezas, "Etant donnés", el visitante se acerca a una puerta donde dos agujeros permiten ver una mujer desnuda, de piernas abiertas: un conjunto de gran impacto. Esta es la primera gran muestra individual de Duchamp en Hispanoamérica, pero no incluye pinturas: "fue deliberado, no me seducían tanto como sus obras creadas después del año 1913", dijo Helft.
http://www.revistaenie.clarin.com/notas/2008/09/05/_-01753803.htm
Abrir esta ciudad al mundo de Marcel Duchamp (1887-1968) y conseguir que el público forme fila para entrar a la exposición, fue mucho más de lo esperado por el Museu de Arte Moderna de Sao Paulo cuando decidió albergar 120 obras del artista. Son sus célebres "ready-made" -¿se acuerdan del famoso mingitorio?- que eran objetos comunes, presentados como si fueran obras de arte. El MAM celebra así sus sesenta años de vida y los cuarenta de la muerte de Duchamp. Para el MAM y los organizadores -la fundación argentina PROA y el coleccionista Jorge Helft- traer a Duchamp a Sao Paulo fue un desafío. "El día de la inauguración me sorprendió ver la cantidad de invitados, eran 2.400 cuando lo normal es que no pasen de 800", recordó Helft. Ese desafío se trasladará a Buenos Aires en noviembre, donde inaugurará la nueva sede de PROA, que exhibirá 160 obras de Duchamp bajo el título: "Una obra que no es una obra de arte". Habrá coloquios internacionalesde expertos en Duchamp, quien vivió en Buenos Aires durante algunos meses de 1918 y 1919, y también se relacionó con el MAM paulista en 1949.
Acceder a Duchamp exige cierto entrenamiento: leer al menos los catálogos que indican el significado de cada obra. Verlo sin ninguna explicación puede causar gracia, si se está frente a la "Mona Lisa" de Leonardo Da Vinci, decorada con bigotes y barbita. También puede entristecer, si se observa una de las obras famosas: "Fuente", título que bautiza un vulgar mingitorio. Desde lo visual, tal vez dice algo más "Rueda de bicicleta", que es exactamente eso, una rueda de bicicleta apoyada sostenida por un eje que se inserta en un taburete. Esta "composición" entretenía a Duchamp. "Sé perfectamente bien que llegar a entender una obra tan hermética, tan intelectual, requiere tiempo y esfuerzo. Pero también sé cuanto tiempo y esfuerzo requieren las lecturas de Mallarmé, Joyce o Borges" subrayó Helft.
Entre las obras más alabadas por los surrealistas, "El gran vidrio", de 1923, es un cristal de grandes dimensiones dividido por una línea en el horizonte con nombre propio, el atuendo de un recién casada. Toda la obra fue llamada por su autor "La desposada desvestida por sus solteros, incluso". Los solteros alcanzan una forma casi real, uno de ellos es coronado con una cabeza. La desposada está representada por una máquina, que vendría a ser un motor del amor alimentado con el combustible que segregan las glándulas del sexo. Hay un dato interesante: gran parte de los trabajos de Duchamp son reproducciones firmadas por él mismo. Una vez le preguntaron por qué estampaba su nombre en las réplicas: "Para sacarle valor al original", respondió. ¿Pero quién era Duchamp y por qué mereció reconocimiento mundial?
Nacido en un pueblo cerca de Ruan y en una familia de artistas, Duchamp -pintor, escultor y eterno cuestionador de las instituciones artísticas- estuvo cerca de todas las vanguardias. Fue cubista, dadaísta y surrealista, se ganó al público estadounidense en 1913 en la famosa exposición del Armory Show, con su "Desnudo bajando una escalera" y vivió en Nueva York. Amigo de Picabia, Apollinaire y Man Ray, Duchamp dejaría la pintura por los "ready-made", ahora expuestos en Sao Paulo. Su influencia es muy evidente en el desarrollo del Pop Art de los años 60 y en el arte cinético contemporáneo. La curadora de la muestra, Elena Filipovic, señala a Duchamp como un precursor de Andy Warhol, que buscaba la "pureza conceptual despojada". Pero en una de sus últimas piezas, "Etant donnés", el visitante se acerca a una puerta donde dos agujeros permiten ver una mujer desnuda, de piernas abiertas: un conjunto de gran impacto. Esta es la primera gran muestra individual de Duchamp en Hispanoamérica, pero no incluye pinturas: "fue deliberado, no me seducían tanto como sus obras creadas después del año 1913", dijo Helft.
http://www.revistaenie.clarin.com/notas/2008/09/05/_-01753803.htm
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