El poeta de la arquitectura

Resulta imposible imaginar la arquitectura contemporánea sin las lecciones del gran teórico y maestro (de Mies, de Gropius) que fue el suizo-francés Le Corbusier. Lo que hoy vivimos con la mayor naturalidad, como pueden ser los ventanales inmensos dueños del paisaje circundante, o la rampa como vía de acceso, fueron ideas constructivas nacidas de una mente brillante e inquieta que dibujaba a mano alzada, sus colaboradores dicen que no hacía planos... los dictaba.

Detrás de esas búsquedas centradas en el uso del espacio en la relación con las necesidades del hombre -cuya mejor ejemplo es el Modulor, la proporción aúrea en arquitectura- está la poesía. Con "La mano abierta", dibujada un 23 de agosto, curiosamente Pablo Atchugarry nació también un 23 de agosto, escribió: "La mano abierta para recibir/abierta para que todos vengan y tomen/ las herramientas en la mano/ las caricias de esa mano/ uno prueba la vida amasando con las manos/ la vista reside en el tacto/ a manos llenas he recibido/ a manos llenas doy".

Palabras de poeta.

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