"El libro vino después, el libro se destruye solo"
Entrevista a Eduard Escoffet, poeta y performer
Habla Eduard Escoffet, uno de los mayores exponentes de la más loca de las variantes poéticas, la Polipoesía. ¿De qué se trata?, es una manera diferente de propagar poemas según lo entendió el italiano Enzo Minarelli a mediados de los años ochenta, y que adscribe a múltiples maneras de interpretar un poema: ruidismo, distorsión y medios audiovisuales.
por Alberto Sepúlveda H.
-¿Cómo explica usted este fenómeno?
- A finales del siglo XX, muchos poetas trabajaban a partir de los logros de las vanguardias, pero sin la necesidad de sentirse partícipe de un grupo o de una sóla línea o ámbito de trabajo. El concepto mismo de vanguardia ya no tenía sentido después del movimiento conceptual. Por otro lado, desde los años cincuenta, la tecnología era un elemento importante, que iba modulando las nuevas propuestas y aventurando nuevas escrituras. Así pues, se imponía la necesidad de términos de síntesis, que no acotaran sino que ampliaran al máximo, que asumieran que el poeta puede transitar entre vanguardia y tradición, entre textos y otras disciplinas, entre tecnología y universales. El americano Dick Higgins propagó el término intermedia, que también sirve para definir estos trabajes transversales. No hay que olvidar que la polipoesía no es ningún movimiento ni una escuela, es sólo un nombre para ubicarse en el intrincado mundo de la poesía del siglo XX.
- El manifiesto de la Polipoesía hace recordar a los manifiestos dadaístas y surrealistas, ¿hay una conexión entre estos movimientos?
- Evidentemente. Y es también una superación de las ideas base de estos movimientos. Como he comentado, las vanguardias abrieron muchos caminos y una vez pasado el período de ruptura se hacía necesario un proceso de reflexión, de suma de todo lo nuevo y de la tradición, una cierta solución de continuidad que no optara por una línea u otra de forma única. Además, la idea de movimientos cerrados, homogéneos era en los años 80 una imposibilidad manifiesta. También hay que añadir que la polipoesía bebe de las vanguardias clásicas, pero sobre todo de los movimientos de las segundas vanguardias, empezando por la poesía sonora y la acción poética.
-¿Qué es ser un 'Polipoeta', es un posmodernista que viene a destruir el formato libro o un creador (un pequeño dios como dijo Vicente Huidobro)?
- La poesía ha estado siempre en un terreno muy amplio que no es únicamente el del libro. El libro vino después, el libro se destruye solo. Yo nunca utilizo el término "polipoeta"; hay muy poca gente que se autodenomine polipoeta y por lo general suelen ser muy malos (y sin una mínima idea de lo que es la polipoesía). El poeta trabaja con el lenguaje y todas sus posibilidades. El polipoeta es simplemente un poeta.
- Ustedes, como Propost (www.propost.org), han llevado a cabo varios festivales y presentaciones ¿cuáles han sido los cambios que han visto a lo largo del tiempo?
- Cambios bastantes. Pero básicamente uno referido a España. Mientras en los noventa la escena poética oral y polipoética se concentraba en Barcelona y se desconocía en muchas ciudades, en la actualidad se ha producido un estallido y hay programaciones, poetas y festivales por doquier. La escena se está desarrollando extensamente y de forma inesperada. Creo que las nuevas generaciones conectan mucho más con estas formas híbridas, que a veces necesitan más de buenas ideas que de alta tecnología. Me gusta ver que con los años desde propost.org hemos conseguido acercar la poesía a un público muy variado, hemos hecho entrar la palabra en la vida de muchas personas que creían aborrecer la poesía o no entenderla. Ahora mismo en España hay múltiples plataformas, cada día más, y se demuestra que no todo está escrito y que lo escrito es también cuerpo. Además ha habido cierta profesionalización, lo cual ha conllevado propuestas más contundentes y personales.
- También surge un cambio entre el lector que pasa a ser auditor.
- Este es un tema muy interesante y muy amplio. Las formas de escritura y de lectura han cambiado mucho durante el siglo XX y, por otro lado, hemos redescubierto que había literatura antes de la invención del libro. Los sistemas de lectura y escritura imperantes no tienen más de dos siglos de vida y en ese sentido tenemos que volver a ampliarlos. Se debe diferenciar a los poetas que se centran en el libro y aquellos que consideran el recital como algo inherente a su escritura. Y ahí, en ese sentido distinto de escritura y de lectura, reside una de las claves para entender todo lo que implica la polipoesía y la poesía experimental en general.
-¿Cómo percibe el desarrollo de la poesía en el futuro?
- No sé si puedo responder. Tampoco me planteo el futuro. Lo que sí que veo es que la poesía ha recobrado importancia y que los medios digitales han ampliado las formas de escritura y de difusión como nunca, a la vez que han hecho evidente lo importante que es la presencia física. El futuro es de los campos híbridos, intermedia, y la poesía desde sus orígenes ha sido un campo de experimentación abierto, de juego con todo tipo de soportes. La poesía es capaz de infiltrarse en cualquier rincón, no tiene un marco que la restrinja. Y esto, hoy por hoy, es una gran ventaja.
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