ANTES DE LAS PALABRAS
Antes de las Palabras
"…vi a un tiempo cada letra de cada pagina ( de chico solía maravillarme de que las
letras de un volumen cerrado no se mezclaran y perdieran en el decurso de la noche)…".
J. L. Borges, El Aleph
Existe el sonido del instante poético, su vibración se encarna en la letra como cartografía corporal del artista. Caligrama, grafema, subjetivema, jeroglífico, ideograma todos son territorios visuales donde el sentido nace de la unión entre dibujo y escritura.
La obra de Thornton se funda en esta proximidad original, cercanía amorosa de palabra e imagen. A, origen del alfabeto, grado 0 de la escritura, aleph borgiano, se disemina sobre el vacío de la tela. La letra como dibujo diagonal, sensibilizada por la delicadeza del color y su flotación en la nada, va creando un mapa binario una Matrix de intermitencia de sentido.
Varias líneas se trazan en la muestra, la letra como poesía visual en diálogo con el maestro Joan Brossa, Fluxus, Mira Schendel y los artistas de la poesía concreta brasilera.
Otra dirección es la grafología de repetición mántica del grafito como conexión del cuerpo del artista con el soporte en blanco, delineando con el gesto un estado de creación meditativo. Esas piezas de carácter emocional están en red con artistas como Ernesto Ballesteros, Cy Twombly, Gabriel Orozco hasta las instalaciones matemáticas minimalistas de Sol Lewitt. Este gesto lo percibimos en las serigrafías donde la tipografía Arial es acompañada por intervenciones sensibles y líricas del tacto y el color.
Y otro vector nos orienta a la escritura en su carácter filosófico y esotérico, desde Platón hasta "El nombre de la rosa" la letra emerge como ficcionalización de lo real, verdad mítica inaugural, sello lacrado de un secreto laberinto de sentido, como el anagrama visual del apellido Thornton en la tapa de su libro "Poesía Visual" .
En estos múltiples sitios la obra de Alejandro expande su imperio. En el cruce de estos vectores nace el territorio anterior a la palabra alfabetización mántrica de la mano que dibuja, enigma corpóreo nombrado por el aliento del corazón y tocado por la mirada, punto ciego del origen del universo poético.
Fabiana Barreda
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