«Maintenant»

Arthur Cravan. Traducción de Jèrome Gauchet y Elena Fons. Editorial El Olivo Azul (Córdoba, 2009). 120 páginas. 18 euros
POR MARÍA LUISA SANJUAN IRIARTE
Muchos años antes de que Jim Morrison gritase aquello de «quiero el mundo y lo quiero ahora», Fabián Avenarius Lloyd ya se había llevado su parte. Ambos fueron poetas y jinetearon las tormentas de su generación a pecho descubierto. Amaban a Rimbaud y como él murieron bellos y jóvenes. Sus ahoras respectivos se liaron a puñetazos con todo, pero la nada les tumbó sin miramientos.
Fabian Avenarius Lloyd era hijo de una madre que le describía como «un pobre desquiciado, neurasténico y con delirios de grandeza». Para no llevar la contraria a su líquido amniótico, Fabian Avenarius Lloyd decidió varias cosas que cabían en un cuadrilátero: cambiarse de nombre y apellido: Arthur (en homenaje al divino Rimbaud) y Cravan por Cravans, una pequeña localidad de Francia por la que pasó con una de sus compañeras sentimentales; convertirse en poeta y boxeador; ejercer de sobrino de su tío Oscar Wilde (al que jamás conoció) y abrazar una existencia vertiginosa y camaleónica. El siglo XX apenas bostezaba, cuando Cravan se propuso propinarle un gancho de mandíbula empleando sus bíceps provocadores y su musculatura creadora. El mundo ni siquiera se inmutó. Le faltaban dos guerras para conmoverse.
«Maintenant» (Ahora) es un combate a cinco asaltos en los que Arthur Cravan boxea de forma despiadada con su tiempo y consigo mismo. El proyecto nacido en 1912 con vocación de revista sólo consiguió llegar a cinco números. Sus contenidos vitriólicos son el retrato de un Dorian Gray salvaje y excesivo cuyo mayor arte fue el de existir. En Maintenant, Cravan se muestra como un gigante polifacético que ejerce de empresario, editor, poeta, publicista y colaborador con diferentes nombres. Para hacernos idea del éxito de la ruinosa locura valga esta muestra aparecida en uno de sus números: «Habiendo solicitado a través de mi revista el envío de regalos en especie o en metálico, me extraña no haber recibido ninguna suma de dinero y quiero hacer un nuevo llamamiento a las personas que tienen imaginación».
Ni los originales anuncios: «La comida es el hogar de los sentimientos. Los hombres pueden cargas sus cuerpos. Chéz Jourdan. Restaurateur», ni los esfuerzos del autor en la distribución, recorriendo París en un triciclo gigante, consiguieron que «Maintenant» fuera un proyecto digerible para la sociedad de su tiempo. Hasta la madre de Cravan se posicionó sin piedad: «Ese pobre Fabián. Leyendo su revista nos han entrado náuseas… por mi parte siento vergüenza y asco de ser la madre de semejante granuja».
Valor artístico
Pero los cinco «ahoras» de Arthur Cravan no perseguían ningún tipo de rigor informativo ni deontología periodística. El valor artístico de Maintenant era precisamente su crítica despiadada, su visión del mundo, tan amañada como los combates de boxeo que protagonizó su omnipresente autor. El subjetivismo de Cravan anunciaba sin saberlo todos los ismos que vendrían después: dadaísmo, surrealismo, futurismo. Con la misma brutalidad con la que Cravan paseaba por Berlín sus dos metros de altura y sus 105 kilos de peso con cuatro prostitutas a hombros, arremetía contra Apollinaire, Laurencin o el mismísimo André Gide al que dedica piropos como éste: «Sus manos son las de un gandul, muy blancas. En conjunto es un canijo. Sus andares delatan a un prosista que jamás podrá hacer un verso».
Los artistas tampoco salen bien parados de las iras del poeta boxeador. Con ocasión de la muestra del Salón de los Independientes, Cravan arremete sin compasión contra algunos protagonistas del arte de su tiempo: «Pintamonas de horribles caretos, pintamonas de pelo largo y de pelo corto…Dentro de poco, en la calle, no veremos más que artistas y tendremos dificultades para encontrar un hombre». El número 4 de «Maintenant» no deja títere con cabeza. Da igual la longitud de cabellera. Hasta los más famosos son guillotinados: «…no puedo sentir más que desprecio por la pintura de un Chagall o Chacal, que os mostrará un hombre vertiendo petróleo por el ojo del culo de una vaca, cuando la verdadera locura no puede gustarme pues sólo pone únicamente en evidencia un cerebro mientras que el genio no es más que una manifestación extravagante del cuerpo».
Podría decirse que el único superviviente de Maintenant fue el tío Oscar, el más muerto de todos. Pero la importancia de apellidarse Wilde y ser familia del autor llevó al púgil surrealista a inventarse una entrevista exclusiva con su amado pariente al que dedica flores poéticas como ésta: «Y el extraño pisó mi umbral con aires mágicos de reina o de paloma…».
«Maintenant» conserva casi un siglo después toda la pegada vanguardista con la que fue creada. Cravan sigue siendo un personaje de culto. Como dijo Francis Picabia: «Cravan se disfraza de algo para ser lo contrario». Su talento para el espectáculo cuando llenaba de público sus conferencias anunciando: «El conferenciante bailará, boxeará y al final del acto se suicidará», no le impidió transitar cierta hondura poética: «Esta noche... ¿Qué error cometo, que con tanta tristeza, todo me parece hermoso?».
Casado con la poeta y también artista polifacética, Mina Loy, Colossus, como ésta le apodaba, desapareció de manera tan extravagante como había vivido. Cravan naufragó en el océano, Morrison en la bañera. Los dos quisieron el mundo en sus ahoras. El poeta boxeador escribió sin saberlo unos versos que hubieran podido compartir: «¿Qué alma se disputará mi cuerpo? / Oigo la música: ¿Me arrastrará? / Me gustan tanto el baile / Y las locuras físicas…».
¿Quién era Arthur Cravan?
Arthur Cravan, pseudónimo de Fabian Avenarius Lloyd, nació el 22 de Mayo de 1887 en Lausana, y falleció en 1918 en el Golfo de México en extrañas circunstancias. Durante su corta vida -vivió 31 años-, se dedicó al boxeo, la literatura, la edición, la poesía y a múltiples facetas de agitación cultural. Conoció y fue admirado por artistas tan relevantes en su tiempo como Breton, Blaise Cendrars, Duchamp y Man Ray. Dentro de su variopinta, intensa y breve obra, que incluye poesía, crónicas, cartas, conferencias, críticas de arte..., destaca la elaboración de la revista Maintenant, publicación que redactó y editó él solo entre 1912 y 1915 en París, y de la que produjo cinco números. En ella Cravan muestra una concepción enteramente nueva de la literatura y del arte que prefigura la inminente eclosión de las vanguardias históricas y que supuso una influencia decisiva para las mismas.

Comentarios

drfloyd ha dicho que…
una buena nota sobre un tipo que incluso en Francia sigue en tanto que misterio. Yo me topé una vez por casualidad con una Maintenant y lo encontré genial.

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