El MACBA dedica una exposición al arte activista
Barcelona (EFE).- Más de doscientas revistas, libros, octavillas, carteles y otros formatos impresos de 150 artistas, datados desde 1933 hasta la actualidad, se exhiben en el MACBA en una exposición dedicada al arte activista y político.
La exposición, que estará  abierta en el Centro de Documentación del MACBA hasta el 27 de septiembre,  ilustra los entrecruzamientos entre arte e implicación política que se dieron en  la segunda mitad del siglo XX. La piezas datan, en su mayor parte, del período  1960-1980, en el cual se produjo una transformación especialmente profunda de  las formas artísticas.
A fin de mostrar algunos antecedentes históricos,  la muestra arranca cronológicamente con dos tracts surrealistas, dos  textos de declaraciones de principios, fechados en 1933 y 1936. Entre las  publicaciones destaca un ejemplar de la publicación alemana Konkret  (1961), cuya redactora jefa, Ulrike Meinhof, abandonaría en 1969 la revista  para integrarse en el grupo armado Fracción del Ejército Rojo.
Las  revistas Internationale Situationniste (1957-1969) y The  Situationist Times (1962-1967) destacan entre las abundantes publicaciones  puestas en circulación por la Internacional Situacionista para divulgar la  intensa actividad teórica generada por el propio movimiento, que contrastaba  marcadamente con el uso de las artes visuales.
El comisario de la  exposición, Guy Schraenen, ha explicado  que la apropiación por parte de  los artistas plásticos de recursos propios de la cultura popular, con el  objetivo de simplificar sus mensajes y llegar a un público más amplio, fue "una  constante en la historia del arte comprometido" y queda patente en Ten Days  that Shook the University, publicada en Estrasburgo en la antesala del Mayo  del 68.
Entre la poesia y el arte
En la exposición se  pueden contemplar algunas publicaciones que se podrían situar en el terreno  fronterizo entre la poesía visual y el arte comprometido, como pueden ser la  serie de materiales del grupo Textruction de París (1972) y la revista uruguaya  Ovum, en las mismas fechas.
Las derivaciones de estos usos del  lenguaje son comunes en muchos artistas latinoamericanos que a lo largo de toda  la segunda mitad del siglo, pero especialmente en los períodos dictatoriales de  los 60 y los 70, fueron objeto de agresivas políticas estatales de represión.  "Las motivaciones para la creatividad lingüística en estos casos no eran  únicamente estéticas -aclara el comisario-, sino que nacían en gran medida de la  necesidad de burlar la censura y escapar del control gubernamental". El mensaje  "¡Basta de corturas!", de Clemente Padín, o dos revistas-caja de Edgardo Antonio  Vigo: «Biopsia 2», en la que apunta contra la corrupción mediante el lema  "Arroje aquí todo lo que corrompe" pegado en una bolsa de basura, y «Biopsia 4»,  que contiene un homenaje plástico a los desaparecidos durante la dictadura  argentina.
La iconografía de los mapas es manipulada en numerosas  ocasiones y también es frecuente la modificación creativa de documentos  oficiales como el pasaporte y los mapas de Alfredo Jaar (1992), los dólares  agujereados por balazos de Bang, bang, bang: 3 billetes (Samaral), los  cruceiros brasileños manipulados por Cildo Meireles o la reinterpretación de la  bandera alemana propuesta por KP Brehmer en el cartel Korrektur der  Nationalfarben (1973).
A partir de los años 80, el arte se hizo eco  de otras causas sociales y políticas como la ecología, la identidad étnica y  nacional, la lucha contra el sida, la visibilidad homosexual o la marginación de  las personas inmigrantes, o el rechazo a la guerra de Iraq y la denuncia del  centro de detención ilegal de Guantánamo.



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