Jugar con la luz
Una exposición en Valls reúne obras de artistas que trabajan con la iluminación
MERCÈ PÉREZ - Barcelona - 22/02/2011
La luz es energía, es esencial al hombre y hace visible el mundo. Esconde un sinfín de posibilidades y por eso la exposición Lúmens 2011, que puede visitarse hasta el próximo domingo en Valls, capital de l'Alt Camp, reúne los trabajos de seis artistas internacionales que juegan y experimentan con ella.
La muestra se inauguró durante las pasadas fiestas Decennals y es fruto de la colaboración del Museo de Valls, la fundación Decennals Mare de Déu de la Candela y la Obra Social La Caixa. Entre las creaciones, que se exhiben en diferentes puntos de la ciudad, destaca Fire Woman/ Tristan's Ascension, una videoproyección del prestigioso artista Bill Viola (Nueva York, 1951) ubicada en la iglesia del Carme.
El lugar se ha desvestido para la ocasión, de manera que en el altar de la iglesia vacía, desde una enorme pantalla, emergen cascadas de agua y fuego que fluyen hasta el techo. Los dos elementos de purificación remiten a ritos ancestrales, y protagonizan la alucinación inconsciente de un moribundo. El potente sistema visual y acústico que despliega la pantalla sume al espectador en una especie de sueño. "De hecho, 'lumen' es la unidad que mide la potencia lumínica que percibe el ojo humano", explica Cèlia del Diego, comisaria de la exposición.
Ha seleccionado artistas que utilizan la luz como medio para crear sus obras, y que trabajan con la cotidianidad. "Quería que la luz fuese un pretexto y que los trabajos estuviesen enclavados en la realidad", afirma Diego. Una buena muestra de ello es Schanttenspiel, de Hans-Peter Feldman (Dusseldorf, 1941), que se exhibe en el Museo de Valls. A medio camino entre un zootropo y un teatro de sombras chinas, el artista ha situado en una habitación en penumbra objetos tan comunes como un tenedor, platos, juguetes, cepillos o souvenirs. Se mueven en círculo y focos pequeños proyectan sus sombras en la pared, de manera que en la sala emergen siluetas misteriosas e inesperadas. "Es muy kitch, y como son piezas cotidianas, si una se rompe el autor envía otra de inmediato", dice la comisaria.
En el Museo de Valls también se exponen otros tres trabajos: Fons et Origo, de Soledad Sevilla (Valencia, 1941), una obra que combina las luces de neón negras y lilas con el rumor del agua. Afrum, Red, de James Turrell (Los Ángeles, 1943), un cubo tridimensional que gravita en el espacio. Y, por último, Máquina de luz número 7, de Xavier Veilhan (Lión, 1963). Es una pantalla formada por 1.024 bombillas, que transforman un cortometraje digital en analógico.
El recorrido por la luz se completa con Blanche, de Ann Veronica Janssens (Folkstone, 1956), ubicada en la capilla de Sant Roc. Una atmósfera invade la sala debido a siete cañones de luz en forma de estrella, y ponen a prueba la percepción del espectador.
Lumens 2011 es la continuación de La Ciutat Il.luminada, un proyecto que se llevó a cabo hace diez años, en las fiestas Decennals del 2001, en el que los artistas experimentaban en plena calle. Se espera que la muestra continúe en 2021, durante las próximas Decennals.
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