“El surrealismo defiende el placer de la diversidad”
JAVIER LÓPEZ IGLESIAS
Hasta el 12 de septiembre, la sede de la Fundación Mapfre en Madrid acoge la exposición La subversión de las imágenes –Surrealismo, fotografía y cine–, una producción del Centro Pompidou de París con la colaboración de la Fundación y Fotomuseum Winterthur.
Quentin Bajac y Clément Cheroux, respectivamente, conservador jefe y conservador del Departamento de Fotografía del Centro Pompidou, en su calidad de comisarios de una exposición que aglutina más de cuatrocientas piezas de autores muy diversos, hacen hincapié en esta entrevista en la filosofía de grupo que defendió el movimiento surrealista, su carácter revolucionario y transgresor y el objetivo de reinventar la forma de mirar –una mirada siempre acechante y en tensión– y de concebir la realidad y el arte.
Remarcan ustedes que la diversidad es uno de los elementos fundamentales del surrealismo. ¿Cabría hablar de sinónimos?
Clément Cheroux.- Bueno, decir sinónimos es probablemente exagerar, pero no exageramos en absoluto si afirmamos que surrealismo y diversidad viajan, y desde el primer momento, muy juntos. No podemos hablar de una sola cara del surrealismo, ni de que éste se haya desarrollado y expresado en una sola vertiente, porque ahí tenemos la literatura surrealista, la pintura, la fotografía, el cine, la escultura…
Quentin Bajac.- El surrealismo engloba múltiples formas de expresión y lo hace no desde un concepto unitario sino diverso y enfocando los temas que aborda también desde la diversidad. Hay múltiples ejemplos en la escritura, en la poesía y en la pintura que manifiestan esta multiplicidad de miradas, que es uno de los elementos más interesantes de este movimiento. La exposición La subversión de las imágenes muestra claramente esta diversidad, el placer de la diversidad, por lo que no deberíamos hablar de sinónimos, pero sí de elementos muy próximos.
¿La fotografía y el cine estarían entre las formas de expresión principales del surrealismo?
Bajac.- Es difícil establecer un ranking, pues nadie duda de que la literatura y la pintura ocupan un lugar importante dentro del surrealismo, pero la fotografía y el cine son esenciales porque en ambas formas de expresión uno de los elementos clave es la mirada. Los surrealistas, haciendo suya la frase del poeta Arthur Rimbaud “es preciso cambiar la vida”, comprendieron que cambiar la vida pasaba en buena medida por cambiar la mirada. Como se ha explicado en la presentación de la exposición, los surrealistas asumieron que era imprescindible reinventar la forma de ver, el punto desde el que se observa y los conceptos o parámetros que determinan la mirada.
Es evidente que la fotografía y el cine entroncan firmemente con el deseo de los surrealistas que, como se sabe, no querían hacer arte, sino plantear una forma diferente de ver la realidad. Se sentían en el campo de la realidad, no en el del arte. Cine y fotografía les permiten, a través de la imagen, desarrollar esa subversión, buscar, experimentar, hacer magia, mirar de otra forma. A través de estos dos medios y con la cámara en la mano forzaban los límites conocidos para experimentar y lograr imágenes nuevas.
¿El surrealismo es, han apuntado ustedes, un movimiento que surge desde posiciones políticas de izquierdas?
Cheroux.- Efectivamente, es un movimiento con una fuerte carga política y con un importante componente revolucionario. Hay que situarse en la época en la que surge, en el escenario de la I Guerra Mundial. El mundo precisa cambios y esos cambios se proponen desde posturas revolucionarias de izquierda. Si hablamos de Breton, si hablamos de Aragon, estamos haciéndolo de personajes muy comprometidos. Algunos de los principales impulsores de este movimiento estuvieron muy implicados en el Partido Comunista Francés. Como ya hemos apuntado, el surrealismo pretende cambiar el mundo y eso exige cambiar la sociedad. Esa revolución pasa por cambiar la mirada. Una mirada, alerta y en tensión, que siempre está acechando la realidad.
En el binomio surrealismo/fotografía. ¿Quién aporta más, el surrealismo a la imagen o la imagen al surrealismo?
Bajac.- Hay una contribución mutua, recíproca. No sabría decir si la imagen se beneficia más del surrealismo o si el principal beneficiario es éste último. En cualquier caso, creo que el arte y la sociedad, y todos los que amamos el arte y vivimos en sociedad nos aprovechamos de esa contribución mutua.
¿Puede afirmarse que el surrealismo es un movimiento pasional?
Cheroux.- Esta es una cuestión muy importante porque ha llegado a suscitar polémica. El surrealismo surge de lo profundo de la intuición. Como si exprimiéramos el ámbito de lo pasional ya sea cuando nos referimos a la literatura, ahí están los grandes poetas y los grandes escritores surrealistas, ya sea cuando nos centramos en el terreno de la imagen y de la fotografía. La creación es pasión y todos estos autores y artistas son profundamente creativos.
Bajac.- La exposición La subversión de las imágenes es un continuo exponente de la capacidad de ser creativos. De crear y hacerlo desde la entrega, desde la pasión. Podemos ver pasión por la innovación, pasión por la transgresión, pasión por el cuerpo y por el desmembramiento del cuerpo y de las imágenes. Ahora bien, en el surrealismo hay un concepto tan o más importante que la pasión que es el de la obsesión. Creo que es más justo aplicar este término al conjunto del movimiento que hacerlo únicamente referido a lo pasional. La fotografía es un lenguaje que tiene mucho que ver con el concepto obsesivo pues tiene la capacidad de repetir y de buscar enfoques distintos sobre el mismo tema hasta llegar a lo que pudiéramos calificar como obsesión.
¿Como se ha estructurado la exposición La subversión de las imágenes
Bajac.- Hemos trabajado en esta muestra durante bastante tiempo pues hace dos años y medio que arrancó el proyecto. Ha sido muy grato trabajar con la Fundación Mapfre pues el entendimiento ha sido total. Además de Clément Cheroux y yo mismo, actúan como comisarios de la muestra Guillaume Le Gal, Michel Poivert y Philippe-Alain Michaud. Creo que el resultado es excelente pues nos ha permitido reunir más de 300 fotografías, más de 100 documentos diversos y 10 películas procedentes de 60 colecciones públicas y privadas, entre las que el Centre Pompidou es la que aporta con diferencia el mayor número de piezas. Todo este material concreta un discurso que en su conjunto permite comprobar la capacidad creadora y los múltiples usos que los surrealistas supieron dar a las cámaras y a su resultado: las imágenes.
Cheroux.- La exposición se articula en nueve secciones en las que se entremezclan fotografías, documentos y cortometrajes, de esta forma se reflejan simultáneamente los motivos y las obsesiones que se repetían en los campos diversos en los que los artistas se movían.
Los surrealistas defendían, siguiendo el impulso de Breton, el valor del grupo frente al del individuo y la fotografía les sirvió para enraizar esa idea reforzada por una práctica habitual como era la realización de actividades artísticas que demandaban el trabajo de grupo, como eran los libros escritos a varias manos o loscollages colectivos. En la primera sección de la exposición, titulada La acción colectiva, queda clara esta filosofía. Hay otra que llamamos El modelo interior en que se pone de manifiesto que para los surrealistas la pintura era una obra de la imaginación, en tanto sus fotografías eran el arte de la reproducción de determinadas imágenes mentales. En este sentido resultan curiosos, como en la exposición se muestra, una serie de retratos de personas con los ojos cerrados que nos están señalando una actitud surrealista pura y dura, como es ver con los ojos cerrados.
¿Y la contribución española al surrealismo ?
Bajac.- El surrealismo nace en París y desde esa ciudad va a irrigar toda Europa y, posteriormente, el mundo entero. Muy pronto se va a transformar en un movimiento internacional. Muy pronto hay una serie de personas y de artistas que desde distintos lugares acuden a París y hacen suya la idea del surrealismo. Buñuel llega y se hace surrealista, a Miró le pasa lo mismo, Dalí pronto se convierte en un miembro importante del grupo y eso le sucede a muchos otros que cuando vuelven a sus lugares de origen expanden la idea surrealista. Son muchos los españoles que han contribuido a la grandeza de este movimiento, también en el área de la fotografía como, por ejemplo, Joan Fontcuberta, del que se pueden ver algunas obras en esta exposición que, por su interés, les animamos a visitar.
Hasta el 12 de septiembre de 2010.
Curadores: Quentin Bajac, Clément Cheroux, Guillaume Le Gall, Michel Poivert y Philippe-Alain Michaud.
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