Bruselas exhibe la obra de Magritte

Oana Lungescu

BBC, Bruselas

La mayor colección de obras del surrealista belga René Magritte abre sus puertas en Bruselas, la ciudad donde vivió uno de los artistas más influyentes del Siglo XX.

Sus pinturas inspiraron el arte conceptual y el arte pop, la portada de un disco de los Rolling Stones, un video de Oasis y canciones de Paul Simon y John Cale.

Se dice que Paul McCartney es dueño de unas cuantas pinturas de Magritte.

El museo exhibe más de 100 obras, muchas de ellas pertenecientes a colecciones privadas. También hay carteles, fotografías y películas caseras rodadas por el artista.

La plaza del museo, estratégicamente ubicada entre el Grand Palace y el Palacio Real, fue rebautizada como Magritte.

Para la ocasión, fueron puestos en oferta sombreros y manzanas verdes como los que aparecen en sus pinturas, mientras que las ventanas de todos los edificios que dan a la plaza fueron cubiertas con las clásicas imágenes de un cielo azul con nubes blancas.

En un típico efecto Magritte, debajo del claro y brillante cielo de Bruselas un grupo de personas vestidas de negro, con sombreros y paraguas, giraban al ritmo de pianos blancos y máquinas de coser.

Fue una fiesta callejera surrealista. Una celebración para el más famoso de los belgas.

"Es un día especial", dijo un joven. "Un día especial para Bélgica, un día especial para Magritte y por eso me gusta estar aquí".

Realidad cuestionada

Una pareja estadounidense formó parte de una larga fila que esperó frente al museo. Los visitantes contaron que disfrutan del sentido del humor típicamente belga de Magritte que muestra que "las cosas no siempre son como parecen".

Un mexicano, con un cielo azul y nube blancas pintadas en la cara, también se acercó a la exposición.

"México ocupa un lugar en el surrealismo gracias a Frida Kahlo y Diego Rivera y a mí también me gusta mucho Magritte", afirmó.

Un niño distribuyó una publicación gritando: "Esto no es un periódico. Tal vez esto no sea un museo". En esa edición se incluyeron imágenes de una tubería con la leyenda "esto no es una tubería".

Los visitantes pudieron escuchar una grabación de Magritte en la que explica: "no veo nada paradójico porque la imagen de una pipa no es una pipa.

"Puede sonar simple pero, no obstante, puede impactar a la gente que nunca ha considerado esta evidencia".

En toda su obra, René Magritte (1898 - 1967), explora la misteriosa relación entre las palabras y las cosas, las cosas y su imagen, lo visible y lo invisible.

Fue influenciado por el arte popular, las andanzas de los comediantes Laurel y Hardy -conocidos como el Gordo y el Flaco- y las novelas de detectives de Dashiell Hammett.

Sus primeros pasos los dio como artista comercial, diseñando portadas de discos, incluso murales y tapices.

Pero en sus pinturas quería lograr que la gente pensara en lo que él llamaba "el misterio sin el cual el mundo no existiría", mostrando objetos familiares en contraste con entornos imaginarios.

"Imagen imposible"

Para profundizar en ese sentido del misterio, las paredes del museo están pintadas de un color oscuro profundo, llamado "azul Magritte", que fue creado especialmente a partir de una mezcla de diferentes tonos.

"Quisimos jugar con la luz y tener la impresión de que las obras están apareciendo en la noche", explicó la curadora de la muestra, Virginie Devillez.

Grandes pinturas como El imperio de las luces parecen flotar mientras el espectador avanza por el espacio oscuro.

Al igual que en muchas de las obras de Magritte, El imperio... es una simple imagen de una casa blanca, rodeada de árboles altos, iluminada en la noche por una lámpara de calle.

Pero si se mira con atención, se ve que la casa está definida bajo un cielo diurno con unas pocas nubes blancas. Como explica Devillez, esta impactante yuxtaposición del día y la noche "es una imagen imposible, típica de Magritte".

La curadora Devillez sueña con exponer un día en el museo las 23 versiones de esa obra célebre.

En su momento, El imperio de las luces tuvo tanto éxito, sobre todo entre los coleccionistas estadounidenses, que le encargaron a Magritte que la pintara una y otra vez.

Una gran paradoja

Su propia vida fue una paradoja. Fue comunista y fue a la vez un vendedor de su obra.

Lo que más interesaba de él no eran sus pinturas como tales, sino sus imágenes y sus ideas.

A diferencia de su extravagante amigo Dalí, Magritte vivió lo que parecía ser una existencia convencional en un suburbio de Bruselas.

Sus vecinos lo recuerdan como una persona amable que siempre llevaba un sombrero cuando sacaba a pasear el perro.

Este artista belga nunca tuvo un estudio, sino que pintaba en el salón de su casa con su esposa Georgette como la modelo principal. Ambos se habían conocido en una feria cuando él tenía 15 años y ella 12.

Otro dato curioso es que a Magritte realmente no le gustaban los museos. Después de visitar uno en Florencia dijo: "se ve mejor en una postal".

En Bruselas, sin embargo, las multitudes se sienten atraídas por su nuevo museo. Es una paradoja que el artista probablemente habría disfrutado.

http://www.bbc.co.uk/mundo/cultura_sociedad/2009/06/090603_0113_magritte_rb.shtml

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